domingo, 7 de junio de 2015

Una alumna que corre

Lulu Heart Paper es uno de mis emprendimientos y allí conjugo mi profesión como diseñadora gráfica y mi oficio de encuadernadora. Ya me cuesta recordar, pero creo que fue por Julio del 2012 que comencé a dar clases de encuadernacion. En uno de esos talleres conocí a Maria Martha Paterno, y yo creía inocentemente que era sólo una alumna. Algún tiempo mas tarde me demostraría que no sería así.

Maria Martha llega para empacharnos con esa energía que la caracteriza, con tantas ganas de aprender que eran admirables. Como  ella dice: es una diseñadora gráfica frustrada, aunque yo no le daría ese adjetivo. María Martha tomó el taller de encuadernacion al cual luego le siguió el de cajas, el de estuches y muchos mails de hermosas palabras, su admiración, sus consultas e inquietudes. Cada mail de ella me regalaba una sonrisa, porque como dice la frase: "me robó una sonrisa", en este caso no era así, a mí siempre me la regalaba. 

Muchas de las personas que han pasado por el taller, conocen la gran anécdota de María Martha cuando fue a comprar Fortex (adhesivo tipo cola de carpintero) y la interrogaron para asegurarse que no fuera para drogarse...A María Martha!! Fue genial, nos hizo reír mucho. A quienes no la conocen MM es una mujer hermosa, fina; esas mujeres de que se visten con un look clásico, con pantalón, camisa, un sweater... Una señora con todas las letras. Por lo que lejos de parecer una persona adicta a los pegamentos para inhalar; la anécdota causaba más gracia aún.

Hace unos meses MM vino a casa para señar su taller de cajas; dos sábados por la mañana; lo cual era muy valiosa su presencia porque los sábados se corre y sino MM se va al country. Su presencia en el taller era un enorme regalo para mí. Y aquí mismo, en el living de casa, charlamos sobre running. Fue muy difícil no contagiarme de su alegría; de ese entusiasmo que quienes corremos experimentamos y no podemos disimular cuando hablamos de ello. MM me dijo "súmate al grupo de Perotti, Marcelo Perotti; se llama CorrerAyuda, te va a encantar". Cabe destacar que en ese momento MM no corría en ese grupo pero sabía que era una excelente opción, y así fue y por siempre estaré agradecida por ello.

MM se fue de casa, la acompañé a la puerta, nos despedimos con sonrisas y abrazos: "Te veo el sábado", y también me recordaba lo del grupo de running.

Ese mismo día busqué CorrerAyuda. Sonaba a un grupo de Alcohólicos Anónimos pero sobre correr, pero uno luego se da cuenta que es verdad, correr, ayuda. Le escribí un mail a Marcelo y allí comenzó todo.

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